domingo, 3 de enero de 2010

La Inquisición española


La inquisición española fue una institución creada por los Reyes Católicos en 1478 y que estuvo presente durante más de trescientos años, hasta 1834. Numerosas son las historias dramáticas que llegan hasta nuestro tiempo vinculadas al Santo Oficio, incluso España sigue soportando la carga y la leyenda negra que surgieron durante su existencia. Quizá lo que hoy en día entendemos por Inquisición española sean muertes, violencia, asesinatos, injusticias, entre otros conceptos de esta índole; no obstante, indagando un poco, salta a la luz que fue menos grave de lo que se cuenta y que en otros países ha habido masacres que dejan casi en insignificantes las víctimas que fueron sentenciadas por los tribunales inquisitoriales. La propaganda creada por algunos países como Inglaterra u Holanda difundida, en gran parte, durante el S.XVI estaba pensada como un arma política y militar para dañar la supremacía española.

Existen diversas hipótesis sobre su aparición, pero la que parece más correcta, es la que mantiene que la Santa Inquisición fue creada para controlar la situación religiosa, es decir, para condenar a aquellos que tenían creencias diferentes al cristianismo. En otras palabras, se creo para liberar a España de herejes. Los líderes políticos y religiosos veían en la herejía un problema para unificar a todos bajo una misma patria, corona y sobre todo una religión. Concretamente, la Inquisición era un tribunal que se encargaba de castigar los crímenes contra Dios y la Iglesia Católica. Durante esta época, los cristianos habían adquirido una gran importancia, su predominio se imponía sobre el resto de creencias religiosas. De esta manera, musulmanes, judíos, y cristianos componían la población de la época, de las cuales, las dos primeras estaban en serios apuros con la aparición de la Inquisición y la figura del inquisidor. Estos eran considerados herejes por creer en cosas que no aparecían en la Biblia, tenían dos opciones: huir o convertirse al cristianismo (judíos conversos). Los monarcas de Castilla y Aragón deseaban unir España bajo un sólo gobierno y una sóla religión. Varios acontecimientos ayudaron a que esto fuera posible: el enlace matrimonial entre Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón (ambos cristianos), el descubrimiento de América, y la conquista del reino de Granada (1492) y la absorción de las últimas comunidades judías en Córdoba y Sevilla por los reinos cristianos. Durante un viaje a Sevilla, los Reyes Católicos decidieron acabar con las tensiones entre cristianos y judíos conversos, así que con el apoyo del Papa, Sixto IV, crearon la Inquisición española.

Los tribunales de la Inquisición viajaban por toda España buscando sospechosos de herejía, para ello contaban con los ciudadanos que espiaban las prácticas religiosas de sus propios vecinos. El tribunal constaba del Gran Inquisidor, secundado por otros inquisidores, un escriba y un médico (velaba por la salud del acusado durante los juicios). El acusado nunca sabía ni quién le había acusado ni de que, además éste contaba con un abogado defensor. Durante los primeros años, el tribunal trabajó con mayor actividad, uno de los inquisidores más famosos y temidos en esta etapa fue Tomás de Torquemada.

La figura del torturador era muy temida y conocida entre la población. Existían diversas técnicas de tortura como el “potro” (era una camilla compuesta por tornos que tiraban, de manera opuesta, de las extremidades del reo), la “garrocha” (se amarraban las piernas y los brazos del reo con cuerdas, luego se elevaban y posteriormente se dejaban caer para frenarlo en seco), y la “toca” o tortura del agua (se introducía un trozo de tela en la boca del acusado y se le obligaba a tragar agua). No obstante, algunas se usaban poco y las más crueles ni si quiera se utilizaban en España. Actualmente, aunque es imposible ofrecer cifras exactas, los investigadores mantienen que en España aproximadamente un 5% o 6% de los presos fueron torturados en la etapa de mayor dureza.

Una ceremonia muy significativa durante la Inquisición fueron los “autos de fe”, a través de estas representaciones el Santo Oficio mostraba hasta dónde llegaba su poder. Con el paso del tiempo, estos actos se convirtieron en procesos ceremoniales con gran asistencia de público y que contenía cierto ambiente festivo. La ceremonia comenzaba la noche anterior con la procesión de “la Cruz Verde” que recorría las calles del lugar hasta llegar a la plaza mayor o al enclave más significativo donde se realizaría la ejecución del reo o su vuelta al seno de la iglesia. Normalmente, el acusado solía llevar en la cabeza el San Benito (especie de saco).
La Inquisición fue abolida durante la conquista de España por las tropas napoleónicas en 1808. Pero ésta invasión duro poco, los españoles pronto recuperaron sus territorios y volvieron a reinstaurar al Santo Oficio, sin embargo, esta vez no fue para quedarse y, poco tiempo después, el 15 de julio de 1834, la reina Isabel II decidió acabar con la Inquisición y con sus más de trescientos años de historia.

A finales del S. XX, El Papa, Juan Pablo II, permitió que los historiadores acudieran al archivo Vaticano para estudiar a fondo los archivos sobre el periodo en el que la Inquisición y la quema de brujas y herejes estaban permitidas en Europa. Finalmente, los historiadores han revelado que, en lo referente a la quema de brujas, en países como Alemania y Austria el número de muertes es escandaloso y se ha podido desmitificar el supuesto genocidio que hubo en España en este aspecto. En España, la mayoría de los casos de brujería están documentados y regulados, y aunque fue el último país en abandonar la Inquisición no se produjeron más muertes a partir de 1611. A diferencia de Alemania o Reino Unido los juicios por brujería en España eran procesos legales, documentados y organizados por el Estado. Habitualmente el castigo más utilizado fue el destierro y la absolución. Expertos en el tema argumentan que tanto el imaginario colectivo como la leyenda negra o propaganda antiespañola han tenido mucho que ver en que la imagen que llega a nuestros días de la Inquisición española sea equivocada.

¿Qué opináis acerca de la Inquisición española? ¿Creéis que aunque fue un periodo deplorable, la leyenda negra influyó negativamente a nuestro país? ¿Por qué se sigue mostrando a España como malvada, durante su etapa imperial, cuando los datos manifiestan que países como Alemania, Reino Unido, Italia o Francia fueron mucho más crueles?

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