sábado, 1 de mayo de 2010

Mirando de reojo al 2012


Mi primera visita al continente americano no podía tener otro destino que México y, por supuesto, la zona del Yukatán, muy vinculada a la cultura maya. En aquel lugar me he encontrado con impresionantes restos arqueológicos levantados por una civilización enigmática y muy rica en conocimiento. A los pies de la pirámide maya de Kukulcán en la provincia del Yucatán (México), reconocida como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988 y recientemente nombrada Nueva Maravilla del Mundo, he podido sentir el peso de la magia ancestral y de los conocimientos de una civilización que desapareció de la faz de la tierra de forma misteriosa. Como ya sabemos, los mayas fijaron el 23 de diciembre de 2012 como el día en que el mundo podría dejar de existir, algunos están de acuerdo con esta posibilidad, otros en cambio creen que no es más que pura fantasía y otros apoyan más la versión de un cambio de era o de mentalidad. Sin embargo, las diferentes catástrofes producidas en los últimos meses de manera consecutiva y con ese nivel de violencia, pueden interpretarse como una rebelión de la Madre Naturaleza contra el ser humano. Además de los fenómenos naturales como los terremotos, también existen de otra índole como la pobreza, la crisis económica, la hostilidad entre etnias y las guerras que suponen un caldo de cultivo para pensar en el Apocalipsis- término que aparece en la Biblia refiriéndose al fin de los tiempos-. Algunos indígenas ya se manifiestan a favor de un camino irreversible hacia el abismo. Expertos en la cultura maya matizan que éstos no vaticinaron el fin del mundo sino que uno de sus calendarios finaliza en el 2012, pero que después empieza otro ya que son calendarios cíclicos. Tengan razón o no, lo cierto es que miles de personas visitan estos imponentes restos arqueológicos en busca de respuestas acerca de estas teorías, como una especie de retiro espiritual. Lo cierto es que aunque el Sol siga brillando la mañana del 24 de diciembre de 2012, se puede considerar como un aviso sobre el que hay que reflexionar para caer en la cuenta de que somos la única especie que ataca a su ecosistema y puede que algún día nos tengamos que arrepentir de todo éste mal que estamos haciendo.

(Para conocer más acerca de la cultura maya y de su profecía vinculada al 2012 ver entradas anteriores)