martes, 6 de marzo de 2012

La Gioconda española pasa de estar casi en el anonimato a ser referencia en el mundo artístico


Desde hace varias semanas, se está produciendo un gran revuelo mundial en torno al redescubrimiento de una de las pinturas pertenecientes al museo del Prado de Madrid. Esta admiración se genera tras la restauración de una de las supuestas copias de la Gioconda del Luvre, obra del famoso Leonardo Da Vinci, cuyo fondo negro mostró, al aplicarle un método similar a la radiografía, una serie de trazos que reflejaban pinceladas y detalles casi idénticos a los existentes en el original. Dichas coincidencias han dado lugar a numerosas teorías al respecto, incidiendo algunas en que la pintura española puede haber sido elaborada en el taller del propio Da Vinci e, incluso, que pueda ser coetánea.

La Mona Lisa es un icono a escala mundial, estudiada al detalle y analizada por todos los expertos del mundo. Sin embargo, por el momento ninguno de ellos se atreve a restaurarla por miedo a destruir una obra tan importante. La admiración profesada por el ámbito artístico hacia esta pintura, supone que cualquier noticia que aparece relacionada con la Gioconda adquiera un cariz sustancial. La historia del retrato más conocido a escala global encierra una gran cadena de interrogantes, guardados herméticamente tras una enigmática sonrisa.

La noticia surge en el momento en que se decide descolgar el cuadro para enviarlo a una exposición que a finales de este mes de marzo se celebrará en el Louvre sobre la obra ‘La Virgen, el niño Jesús y Santa Ana’ de Leonardo Da Vinci. Los miembros del taller del museo del Prado, decidieron realizar una especie de radiografía, a finales de enero o comienzos de febrero, para conocer en profundidad dicha pintura, además de los secretos escondidos tras ese fondo negro. Una decisión que a la postre se ha convertido en el descubrimiento más importante en el mundo artístico y cultural de la historia reciente. Algunos la han bautizado ya como: ‘La gemela de la Gioconda’, ‘La hermana de la Gioconda’, La Gioconda de Madrid’; y otros, yendo más allá, ‘La verdadera Gioconda’.

Según contaron los responsables de esta observación minuciosa, a la que se pensaba era una copia de la Mona Lisa perteneciente al siglo XVII, es que las sorpresas comenzaron a sucederse desde casi el principio de la exploración. Escondido tras el fondo negro, apareció un paisaje bastante similar al del cuadro original, a lo que se le añadió el descubrimiento de varias modificaciones durante su elaboración que también se encuentran en el de París, por lo que se deduce, una vez descartada la opción de Leonardo, que su autor pudo ser uno de sus discípulos, a saber Andrea Salaino, Fernando Yáñez de la Almedina o Francesco Melzi, entre otros.

Al hacer una comparación minuciosa, se pueden apreciar algunas diferencias sutiles en varios detalles del entorno y desde el punto de vista anatómico como la amplitud de la frente, la anchura del rostro, la separación de los ojos o la forma del mentón. No obstante, existen otros pormenores que benefician al cuadro español, y es que tiene cejas (la Gioconda del Louvre no tiene), un dato destacado por Giorgio Vasari -famoso por sus biografías a artistas italianos- y la mayor calidad de la madera donde aparece el cuadro madrileño, en comparación con el francés.

Las explicaciones son muchas y las opiniones al respecto difieren ampliamente unas de otras, pero, a pesar de todo, los datos aportados vislumbran bastantes similitudes entre ambas obras de arte, lo que supone que la Gioconda española surgió del entorno de Leonardo Da Vinci y que fue creada a la misma vez que la original. Por ello, toma ventaja con respecto al resto de copias repartidas por el mundo y le adhiere una gran notoriedad colocándola entre las pinturas más valoradas a nivel internacional.

Existen diferentes cuadros creados en el taller de Leonardo Da Vinci que aún conservan ese fondo negro y que todavía no han sido analizados. ¿Qué otras curiosidades podrán descubrirse acerca de Da Vinci y su entorno? ¿Por qué casualmente la Gioconda de Madrid aparece registrada con el 666? ¿Sería Da Vinci el autor de la obra española? De no ser así, ¿qué personaje habría sido? ¿Qué os sugiere la enigmática sonrisa de ambas 'Giocondas'?

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